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Espiritualidad (Parte 2)

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    Conocimiento de Ser
  • hace 1 día
  • 14 Min. de lectura

Actualizado: hace 17 horas


¡Hola! Esta es la segunda entrada de la serie "Espiritualidad", dirigida a aquellos que recién se están iniciando en su camino o proceso de búsqueda. En la entrada de hoy, vamos a profundizar acerca de lo que es un "Camino Espiritual", y cual es la razón por la cual nos embarcamos en esta búsqueda. ¿A dónde nos conduce el camino? ¿Cuál es el propósito? ¿Existe una meta? Comencemos:

El comienzo de la búsqueda

Antes de empezar... tenemos que aclarar por qué comienza el "Proceso de Búsqueda".


Desde que nacemos, crecemos en una sociedad espiritualmente empobrecida, carente de un Conocimiento Real acerca de nosotros mismos. Nos educan en la escuela donde nos enseñan cosas totalmente externas para que podamos desenvolvernos en el mundo, y vivir dentro de un sistema que lo único que busca es que pasemos por esta vida como autómatas, sin nunca preguntarnos nada.


Para muchos, la vida no es más que un "sitio de paso" al cual vinimos para pasar algunos años comiendo, mirando redes sociales, practicando deportes, yendo a lugares, consumiendo, viajando, haciendo relaciones, trabajando, buscando la fama o el éxito, comprando objetos, procreando, envejeciendo, y finalmente muriendo.


Claro, mencioné las cosas "más normales", porque en el medio, el ser humano realiza un millón de acciones sin ningún sentido a lo largo de toda su vida, algunas que ni siquiera puedo mencionarlas en un sitio web público. Muchas de estas acciones realizadas por el ser humano únicamente demuestran señalan su falta de plenitud y conocimiento real acerca de sí mismos.


Entonces, la Búsqueda Espiritual comienza cuando una persona finalmente se da cuenta de su constante insatisfacción, esta constante falta de plenitud.


Este 'Darse Cuenta' se asemeja a la experiencia de Despertar de un veterano de guerra que ha luchado durante años en batallas, combatido con miles de soldados, bombardeado cientos de ciudades, etc... Una vez que ha tenido éxito y que su ejercito ha vencido, observa todo su alrededor repleto de muerte y destrucción, y se pregunta: "¿Qué fin tuvo todo esto?... Tanta lucha, tanta batalla, y ahora, todo mi alrededor se encuentra repleto de escombros, completamente demolido. ¿Cuál es el fin de todo esto?". En momentos como este, luego de haber presenciado tanta masacre y destrucción, la mente se queda totalmente en blanco. Simplemente se paraliza. La conciencia entra en un estado de Silencio Total en el cual se logra ver, con muchísima amplitud, la falta de sentido e insustancialidad de todas las experiencias del mundo.


En nuestra vida cotidiana, lejos de las guerras, los bombardeos y los misiles, nos pasa algo similar: luchamos toda nuestra vida por el cumplimiento de ciertas metas y objetivos. En el camino, peleamos guerras y combatimos batallas, tenemos éxito y sufrimos derrotas. Aún cuando lo 'hemos ganado todo' y conseguido todo lo que soñamos, en el proceso perdemos la salud, vemos como nuestros familiares y seres queridos mueren, las relaciones que creíamos que durarían para siempre se rompen, todas las cosas que nos hacían temporalmente felices y nos daban un subidón de energía rápidamente se agotan, y con el paso del tiempo, la fuerza y vitalidad que teníamos para realizar todas esas acciones en búsqueda de la felicidad simplemente se van disipando...


Sencillamente, la vida se encarga de hacernos ver como todo lo que hemos construido y todo por lo que hemos peleado tanto, tarde o temprano, se termina. "¿Y todo lo que hicimos? ¿Y todo por lo que hemos luchado? ¿Realmente es esto la vida, o esconde, en algún recóndito lugar, algún otro significado? Han pasado miles y millones de personas por este mundo, y todas terminaron igual: muertas. ¿Hay algún otro destino más allá de este? ¿Para que estamos realmente aquí?".


Cuando en la mente de una persona comienzan a surgir este tipo de preguntas, eso marca el inicio de su Despertar Espiritual.


Lo quiera o no, esta inquietud interna se hará tan fuerte que se verá arrastrada hacia un proceso de búsqueda, en el cual, esta persona buscará y buscará hasta encontrar, cual abeja en un matorral, el Nectar de la Flor del Conocimiento.


La mente de esta persona no descansará hasta encontrar la Verdad que está buscando. ¿Y cual es esta Verdad? Ciertamente, no se trata de ninguna Verdad sobre algún conocimiento 'externo' de orden teórico o intelectual, ni se trata de ningún conocimiento que tenga que ver con algo de este mundo. Lo que esta persona está buscando realmente es el 'Conocimiento Último', también llamado: Conocimiento del Ser o Conocimiento de Sí Mismo.




La rueda del Saṃsāra

Así que... ¿Por qué este proceso de búsqueda es inevitable? Porque el ser humano realmente ha venido para eso: Para conocer su Propia y Verdadera Naturaleza.


Así como los pájaros cantan, el sol brilla y el viento sopla, el hombre busca la Verdad acerca de sí mismo y del mundo que lo rodea. Claramente, como puedes observar, no todas las personas poseen esta inquietud, sin embargo, esta semilla esencial se encuentra en lo más profundo de los corazones de todos los seres.


Todas las personas solo anhelan encontrar la paz y la felicidad. Detrás de todas las acciones impulsadas por su ego, lo único que están buscando es Paz y Felicidad, nada más que esto. Pero ellos fracasan en su búsqueda... ¿Por qué? ¡Porque están buscando en el lugar equivocado! ¡Fuera de sí mismos!


Todo lo que las personas creen que encontrarán fuera en la obtención de dinero, fama, riqueza, relaciones de pareja, prestigio, bienes materiales, etc., se terminará al final. Es por esto que la insatisfacción en este planeta es constante. Es como un enorme agujero que no puede llenarse con nada, un vacío que solo puede ser rellenado temporalmente por medio de placeres efímeros con personas y objetos, pero una vez que los utilizas, el agujero querrá que lo vuelvas llenar pidiéndote más y más... ¡Mira a tu alrededor! ¿Ves a alguien realmente feliz aquí? Te puedo asegurar que detrás de su felicidad superficial, en el fondo están sufriendo.


Este agujero es infinito, no hay nada que lo pueda llenar. Pero el ser humano sigue intentando e intentando dentro de una rueda que no tiene fin. En algunas tradiciones filosóficas, a esta rueda de insatisfacción perpetua se la ha llamado con el nombre de "Saṃsāra".


Saṃsāra representa el ciclo interminable de muerte y renacimientos, y simboliza la trampa en la que se encuentran atrapadas todas las almas debido a los apegos mundanos. Este ciclo se describe en antiguos textos sagrados y desemboca en la Búsqueda Final de "Liberación" o "Realización del Ser". En definitiva, para las tradiciones de sabiduría, la confusión y el sufrimiento de todos los seres humanos es la consecuencia de no alcanzar el verdadero Conocimiento de Sí Mismos, y permanecer atrapados en este perpetuo ciclo de ignorancia.





La salida del Saṃsāra o Laberinto

Entonces... ¿Cuál es la forma de salir de la rueda del Saṃsāra, este enorme laberinto en el cual todos los seres humanos están vagando? La salida existe, pero no está donde ellos creen. NO se encuentra en las cosas del mundo, es decir, no se halla en la experiencia. La salida no se encuentra EN el laberinto, está por fuera del laberinto. No se encuentra en la horizontalidad, en los objetos y placeres del mundo, está por fuera: en la verticalidad.


Tienes que aprender a "saltar" por encima del laberinto, es algo como eso. Pero para saltar fuera, necesitas aprender a "volar" (risas). Okey, saliendo de todas estas metáforas bonitas, "volar" seria una analogía para aprender a silenciar nuestra actividad mental. Sí, hay una salida del laberinto y es deteniendo nuestra mente. ¿Por qué detener la actividad mental es la salida del laberinto? Porque es la manera en la que el laberinto fue creado.


Todos los grandes sabios de todas las épocas que han pasado por la Tierra y que han tratado de encontrar la salida del laberinto, en el proceso, se dieron cuenta de que silenciar la mente por completo era la llave para escapar. ¿Por qué? Porque cuando uno silencia su mente por completo, finalmente se da cuenta que... Nunca hubo laberinto. Nunca hubo salida, nunca hubo entrada y nunca hubo nadie atrapado. En verdad, NUNCA existió la esclavitud. Pero para darse cuenta de que realmente no hay esclavitud, primero hay que escapar de la esclavitud. Sí, es una paradoja, pero así funciona.


Alguien se preguntará... ¿Y cuál es realmente la esclavitud? Es muy sencillo: la esclavitud es, que en la ignorancia, los seres humanos viven convencidos de que en este mundo algo los hará finalmente sentirse completos y plenos. Esa es su esclavitud. Ellos piensan: "Cuando finalmente logre esta meta seré feliz...", "Cuando finalmente esté con esta persona seré feliz...", "Cuando finalmente logre terminar mi carrera seré feliz...", "Cuando finalmente me case y tenga hijos seré feliz...", "Cuando por fin tenga una casa o me mude al lugar de mis sueños seré feliz...", y un largo "etc, etc, etc.". Por lo general, ellos conciben que su felicidad está "en algún lugar", en "alguna parte", en "algún futuro", y así sucesivamente.


Es tonto, pero la esclavitud es la persistente creencia de que con la obtención de objetos, logros o personas uno "finalmente" será feliz... ¡Esa es la esclavitud! ¿Y por qué las personas fracasan en ser completamente felices? ¡Porque poseen ignorancia espiritual acerca de sí mismos! Por lo que todos sus intentos por experimentar plenitud parten desde un punto de vista equivocado, desde una percepción errónea. En otras palabras, como albergan ignorancia espiritual no pueden disfrutar completamente la vida. Puede que disfruten de las experiencias del mundo por un rato, pero la sensación de vacío, ese sentimiento familiar de que "algo me falta", los encontrará de nuevo al final.


¿Recuerdas que en la entrada anterior hablamos sobre la diferencia entre la "realidad original" y la "realidad conceptual" que se superpone a la realidad esencial y que es creada por el pensamiento? Bien, el ser humano no se conoce a sí mismo tal cual es (su realidad original), sino, tal como piensa que es (su realidad conceptual). En otras palabras, el ser humano solo se conoce a sí mismo por medio del pensamiento. Cuando éste deja de pensar, se da cuenta de que lo que Él Realmente Es, es algo mucho pero mucho mas grande que lo que creía ser. Desarrollaré sobre el tema de lo que el ser humano realmente es en entradas futuras, por ahora, tienes que creerme. La felicidad no es 'algo que se obtiene', es algo que se 'ES'.


El problema radica en que el ser humano no se siente PLENO en Sí Mismo, porque no se conoce a sí mismo. Jamás lo han incitado a mirar dentro, pues siempre le han dicho que tiene -y debe- buscar la felicidad fuera. Por esta ignorancia acerca de su propio Ser, se siente incompleto, y esto lo hace vagar de aquí para allá en la interminable rueda del Saṃsāra.





Cuando el ser humano "salta por encima del laberinto" (es decir, cuando "salta" por encima de su mente condicionada), se da cuenta de que siempre fue Pleno en sí mismo, pero como su mente estaba activa, no se daba cuenta de ello. Ahora que la mente de este buscador se ha detenido por completo, él finalmente puede reconocer: "¡Lo que siempre estuve buscando era a MÍ MISMO! ¡Yo siempre fui lo que estuve buscando!"



¿Quién soy yo?

Y entonces... ¿Quién soy yo? ¡Ah! ¡Ese es el quid de la cuestión! Que cuando decimos "Mí Mismo" o "Yo Mismo", no sabemos realmente a que nos referimos.


Habitualmente, cuando decimos "Yo Mismo" o "Mí Mismo", lo asociamos automáticamente a nuestro cuerpo-mente ¿no es cierto? Para nosotros "Mí Mismo", es nuestro conglomerado cuerpo-mente, en otras palabras, el conjunto cuerpo-mente es "Yo". Sin embargo, cuando comienza el proceso de Despertar, empezamos a darnos cuenta progresivamente que nuestra realidad no está limitada a nuestro cuerpo-mente, mas aún, comenzamos a darnos cuenta que nuestro Propio Ser es MUCHO más grande que este pequeño individuo limitado que creemos ser.


Alguien se podría preguntar: "Entonces, si no soy mi cuerpo y mi mente... ¿Qué soy?" Bien, de esto se trata todo el Camino Espiritual, de descubrir, finalmente, que es lo que uno es realmente.


Como he dicho en reiteradas ocasiones, el hecho de que ahora tengamos que descubrir lo que realmente somos radica en que hemos recibido una educación de ignorancia desde que nacimos. No han hecho pensar, desde que éramos muy pequeños, que somos únicamente este conglomerado cuerpo-mente, y ahora, nos es muy difícil 'salir' de esta identificación. Es por esto que las distintas tradiciones espirituales de todas las épocas se han encargado de explicarnos como ocurrió este proceso de ignorancia acerca de nuestra verdadera naturaleza, y nos han mostrado, de muchas maneras, el camino para que volvamos a tener un pleno reconocimiento de ella.


En diversas tradiciones de sabiduría, a lo que realmente somos se lo ha llamado de múltiples formas: Dios, Realidad, Ser, Espíritu, Yo Real, o Conciencia. Todas estas palabras son nombres que apuntan al Conocimiento del Propio Ser, que en última instancia, es el Conocimiento de nuestra Verdadera Naturaleza.


En suma, todos los seres humanos -aunque no lo sepan- están buscando lo mismo: el Conocimiento de su Propio Ser, o dicho de otra forma, el Conocimiento de Su Propia Naturaleza Esencial.


Solo en el Conocimiento de uno mismo se puede hallar la verdadera Fuente de Felicidad, por el simple hecho de que en nuestra recóndita Naturaleza Esencial, lo que somos ya es Pleno y Perfecto, pero debido a la identificación con ser un individuo limitado, nos hemos creído ser entidades separadas del universo que nos rodea, y este sentimiento de incompletud producido por el sentido de separación, nos ha llevado a buscar la felicidad fuera de nosotros mismos tras miles de nacimientos.


Cuando una persona, harta de buscar fuera, se da cuenta finalmente que la plenitud no se halla en lugares, personas y objetos, finalmente volcará su mente hacia dentro y esto marcará el inicio de su Despertar Espiritual.


El sentido de separación

¿Alguna ves has tenido la experiencia de ver un paisaje hermoso y sentir una sensación de vacío por no poder unirte a él completamente? ¿O al experimentar profundo amor por alguien... sentir que la expresión del amor era limitada por no poder ser totalmente "uno" con el ser amado? Es como si un constante sentido de separación con todo lo que nos rodea provocase un sentimiento de incompletud permanente.




Este sentido de separación con el universo que nos rodea es el causante de nuestra falta de plenitud, y es el motivo por el cual nos apegamos a experiencias, personas, objetos, etc., pues intentamos "obtener" de ellos -de todas las experiencias, personas y objetos- algo del sentimiento de unidad que creemos haber perdido -pero que se encuentra oculto en el fondo de nuestros corazones- y que anhelamos recuperar a toda costa.


Este sentimiento de 'unidad con todo' es un recuerdo o impresión latente que albergamos en lo más profundo de nuestra mente, porque este estado de UNIDAD es en verdad nuestro Estado Natural, y buscamos revivirlo bajo cualquier precio, pero de manera equivocada.


En efecto, es de esperar que el ser humano pase toda su vida haciendo intentos fallidos por recuperar este sentido de plenitud, pues, lo que está buscando esencialmente es volver a experimentar su verdadera naturaleza, esta dimensión profunda de sí mismo que se encuentra Unida a Todo.


El problema, como lo he dicho anteriormente, es que buscan experimentar este sentido de dicha, plenitud y unidad de manera equivocada. Para experimentar la unidad con todo, se debe partir desde la condición real (la realidad original) y no desde una percepción condicionada (la creencia de ser un individuo limitado). En otras palabras, tiene que ser removida "la ignorancia primordial" que hace al Ser sentirse un individuo limitado, separado y distinto de la realidad.


Una vez que esta persona se da cuenta de su Propio Ser, puede finalmente unirse con el universo entero y dejar atrás su sentido de incompletud. Pero para ello, en la gran mayoría de los casos, deberá embarcarse en un "Camino Espiritual".



El Camino Espiritual

Entonces... ¿A que se le llama realmente "El Camino Espiritual"?


El camino espiritual es todo camino que conduce nuevamente al reconocimiento de nuestro Propia Naturaleza Esencial. Digo "que nos conduce nuevamente" porque, en lo más profundo, nosotros nunca nos "separamos" de nuestro Propio Ser. Nuestra naturaleza esencial se encuentra inherentemente dentro de nosotros mismos COMO nosotros mismos, es solo a través de la antes mencionada "Ignorancia Primordial" que nos hemos creído ser entidades separadas y distintas de la Realidad.


Cuando éramos pequeños, éramos "uno" con nuestra Naturaleza Esencial. A raíz de la conformación del ego por medio de la educación que recibimos en la escuela y con nuestros padres, el ego fue tomando cada vez más protagonismo, y nuestra naturaleza esencial ha quedado relegada, por decirlo de alguna manera, "en el fondo".


Entonces, el problema radica en que no poseemos una captación consciente de nuestra verdadera naturaleza, por el contrario, nos tomamos a nosotros mismos como el ego -siendo este último una entidad psicológica manufacturada por medio del pensamiento-, en vez de percibirnos como el Ser Esencial que permanece como el Sustrato o "fondo" del ego condicionado.


Sí, sé que al principio esto puede sonar un poco difícil de digerir... Pero tenme paciencia, te iré mostrando progresivamente como no somos lo que pensamos que somos.


Creemos que somos una entidad individual, distinta y separada del universo, por lo tanto, que nacimos en un determinado momento y que moriremos en algún punto del tiempo. También, como ego, pensamos que tenemos un nombre, un cuerpo, y una edad en particular, que nos agradan cierto tipo de cosas y que nos disgustan otras, que poseemos ciertas cualidades, tendencias o inclinaciones. Bien, todas estas creencias que mencioné -aunque en realidad son millones- derivan de una única identificación raíz o identificación 'de base', también denominada 'ignorancia primordial', y esta es: la identificación con el cuerpo.



El inicio de la ignorancia: la identificación con el cuerpo

Desde que nacimos, nos han dicho que somos el cuerpo. A lo largo de toda nuestra vida, hemos llamado a nuestro cuerpo: "Yo". Pero el cuerpo no es el 'Yo Real'. Lo cierto es que el cuerpo es para Ti un objeto, al igual que lo es la silla, la computadora o el celular por donde te encuentras leyendo esto en este preciso momento. En efecto, el hecho de que te refieras a tu cuerpo como "Mi cuerpo", delata que el cuerpo es algo que posees, y no algo que ERES.


Observa: cuando dices: "Mi cuerpo", "Mi mente", "Mi auto", "Mi casa", "Mi familia", esto denota un sentido de pertenencia, y demuestra que los objetos mencionados (familia, casa, auto, cuerpo, mente) son cosas que posees, pero NO lo que eres. ¿Recuerdas cuando en el colegio nos enseñaron a realizar 'análisis sintáctico' y debíamos separar las oraciones para identificar al sujeto del predicado? Bueno, aquí lo tienes más simple: mientras que "Mi" es un adjetivo posesivo que indica 'sentido de pertenencia' y señala al Sujeto de la oración (Yo), "mente, cuerpo, auto, casa, familia" son sustantivos comunes que son propiedad del Sujeto que habla. Entonces, puedes ver como incluso en nuestro vocabulario cotidiano se encuentra revelada esta verdad de que no somos el conglomerado cuerpo-mente, sino que el cuerpo y la mente son algo que poseemos.


La "trampa" aquí, es que como el cuerpo y la mente son objetos tan cercanos a Ti, -sumado a haber recibido una educación errónea acerca de tu naturaleza esencial desde que naciste- los has tomado como "Tú mismo".


Para ti es muy fácil identificar que una taza o el asiento donde te encuentras sentado ahora mismo no son "Tú", pues, se te hace obvio que son objetos y que estos están separados de ti. Bueno, de la misma manera, tu cuerpo y tu mente también son objetos que están separados de ti, sin embargo, te has identificado tanto con ellos a lo largo de toda tu vida, que ahora te es imposible separarte de ellos 'por tus propios medios'. Necesitas de una "segunda educación" que te ayude a desaprender todos los condicionamientos adquiridos desde que eras niño/a, hasta llegar al condicionamiento raíz: la identificación con el cuerpo.


Entonces... la pregunta más importante de toda tu vida debería ser: "¿Quien soy yo?".





Todo tu sufrimiento radica es que crees ser algo que no eres. El sufrimiento de toda la humanidad radica en que creen ser algo que NO son. Ellos se han identificado con algo finito cuando son Lo Infinito. Te lo aseguro, esta es la raíz de todas las calamidades que ves en este mundo. Se están percibiendo a sí mismos de forma equivocada.


TÚ NO eres lo que crees ser. Tu Verdadera Naturaleza NUNCA ha estado asociada con cuerpo y mente. Sí, tienes un cuerpo y una mente, pero NO eres esencialmente ellos. Esta identificación primordial marcó el inicio de tu esclavitud y el despliegue de tu ignorancia. La buena noticia es que puedes salir de esta ignorancia y realizar tu Verdadera Naturaleza.


De esto se han tratado todas las sendas y vías místicas de antaño. Todas las tradiciones esotéricas, el núcleo o corazón de todas las religiones, lo que han buscado es llevarnos al reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza esencial.


¿Qué cosa podría ser más importante que el descubrimiento de lo que Realmente Eres? No existe nada más importante que esto. Cuando conoces Quien Eres, te vuelves verdaderamente Libre.





Como revela el antiguo aforismo griego inscripto en el templo de Apolo en Delfos: "¡Conócete a ti mismo y conocerás al universo!". En efecto, cuando conoces Tu Propio Ser, conoces el Ser de todas las cosas. De hecho, cuando te revelas a Ti Mismo, se revela el Ser o Naturaleza de Todo el Universo.


¡Esto ha sido una bomba de información! No te preocupes, lo irás digiriendo poco a poco.


En la siguiente entrada te hablaré sobre las distintas vías o caminos que existen para "retornar" al Conocimiento de tu Naturaleza Esencial, también llamada 'Naturaleza Espiritual'. ¡Nos vemos allá!


Espiritualidad (Parte 3)


Satī



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