El Proceso de Individuación y la Teoría de los Múltiples Yoes (Parte 1)
- 23 abr 2024
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 12 jun
Introducción al Proceso de Individuación

¡Hola! En esta serie de entradas nos sumergiremos en lo que en Psicología Profunda se denomina "El Proceso de Individuación". Es importante destacar que dicho proceso forma parte del desarrollo evolutivo de toda la humanidad, ya sea que conozcan del tema o no.
Para empezar, definiremos el significado de "Individuación":
El termino "Individuación" proviene del latín "individuationis", de "individuare", que a su vez proviene del latin "individuus", cuyo significado es "indivisible" y puede entenderse como "una unidad indivisible".
A su vez, el termino "Indivisible" proviene del latín "indivisibĭlis" y significa: "que no se puede dividir".
Entonces, podemos inferir, ateniéndonos solamente al significado etimológico de estas palabras, que el Proceso de Individuación tiene que ver con un proceso de unificación, en otras palabras, con un proceso de unificación de las partes / o un proceso de indivisibilidad de la psique, donde todas las partes que estaban separadas, se vuelven una.
Vamos adentrándonos de a poco en este profundo e interesante tema...
La Falta de Unidad en el Ser Humano
Tal como se describe en el sistema de enseñanzas psicológicas del Cuarto Camino de Gurdjieff y Ouspensky, al psiquismo del hombre se lo compara con una casa desordenada, con una casa sin amo.
El hombre, inconsciente de sí mismo, piensa que en él habita un solo "Yo", forjado, estable y maduro. De hecho, él piensa que cuenta con un "yo" que toma todas las decisiones, que dirige el curso de su vida y de sus acciones.
El hombre vive en una terrible y penosa condición de ignorancia acerca de sí mismo...
Al no haber recibido desde edad temprana una educación que esté basada en conocimientos psicológicos fidedignos, ni que hablar de enseñanzas filosóficas provenientes de una Tradición de Sabiduría, el ser humano moderno creció sin un conocimiento acerca de Sí Mismo, de su propia mente, y de la Realidad que lo rodea.

La Teoría de los "Múltiples Yoes"
La teoría de los 'Múltiples Yoes' no es algo nuevo, sino que se encuentra plasmada en las enseñanzas esotéricas de diversas corrientes de sabiduría, tales como el Cuarto Camino, el Cristianismo, etc.
El psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, fue uno de los primeros en investigar sobre este tema a la luz de los estudios sobre Psicología Profunda, cuando elaboraba su teoría acerca del Proceso de Individuación:
"Individuación significa llegar a ser un individuo y, en cuanto por individualidad entendemos nuestra peculiaridad más interna, última e incomparable, llegar a ser uno mismo. Por ello se podría traducir individuación también por 'mismación' o 'Autorrealización'."
(3.a Ed., 1938, Pág. 91 - Jung, “Las relaciones entre el Yo y lo Inconsciente”)
"La individuación hace referencia al proceso de llegar a ser un individuo, una unidad indivisible en el sentido psicológico, con una individualidad que hace referencia a lo peculiar de uno mismo. Se refiere también a llegar a ser lo que uno es."
(Jung, [1962] 2002)
"La individuación implica también una integración de los aspectos conscientes e inconscientes en el individuo, es decir, la articulación de algunos aspectos oscuros o desconocidos en la personalidad."
(Jung, [1952] 1993)
Podemos deducir que para llegar a ser Uno, primero tenemos que ser muchos.
Es decir, para poder lograr una "individuación psicológica" -una unidad indivisible- tenemos que antes 'reunir' a las partes.
Tal como menciona el famoso pasaje de la Biblia:
" —¡Sal de este hombre, espíritu inmundo! —le ordenó Jesús; y luego le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
—«Me llamo Legión», respondió*, «porque somos muchos»."
(Marcos 5:9)
Pero ahora, retomando nuestro análisis sobre el Proceso de Individuación y la Teoría de los Múltiples 'Yoes', nos preguntamos: ¿A que se asemejan estos? Es decir, ¿cuál es el fundamento o naturaleza de la teoría de la multiplicidad de 'yoes'? Bien. Vamos a explicar.
La teoría de los múltiples 'yoes' postula que el ser humano no posee una individualidad psicológica. Cuando hablamos de "individuo" en este caso, no nos estamos refiriendo al cuerpo físico, ya que el cuerpo sí que es uno. Nos estamos refiriendo a la individualidad psíquica, es decir, a la individualidad del "yo" (esto es una obviedad, pero de todas formas siempre hay que aclararlo).
Dentro de nuestra mente, hay una diversidad de 'pequeñas voluntades' que buscan tomar el mando:

Tenemos un grupo de 'yoes' por la mañana, otro grupo de 'yoes' por la tarde y otro por la noche. De hecho, tenemos un "yo" distinto cuando nos levantamos, otro cuando estamos solos en nuestra casa, otro cuando estamos en el metro, otro cuando estamos con nuestra familia, otro con nuestros amigos, otro cuando trabajamos y otro cuando hablamos en público. Cada "yoidad" dentro de nosotros tiene su propia particularidad y característica, algunos se contradicen unos de otros.
Para detectar esto, hace falta una ardua exploración interna, ya que al principio, cuesta mucho detectar esta multitud de "yoes" que se atropellan entre sí para tomar el mando de la casa.
Vamos a poner un ejemplo: Supongamos que una persona ama mucho a los perros, conscientemente, ella cree: ¡Oh, amo mucho a los perros! Pero cuando llega a la casa de su amigo, lo primero que hace es sacudirse los pelos de los perros antes de que se le acerquen, incluso, está muy pero muy atenta a que no se le acerque ninguno, teme despavorida que se le acerquen los perros, e incluso, ya está imaginando que uno se le acerca y la muerde, es decir, teme por su vida. Pero cuando llega nuevamente a su casa, la persona no se percató jamás de este conjunto de reacciones internas, y siguió toda su vida pensando que ella "ama a los perros", y teniendo una imagen de sí misma como teniendo una excelente relación con ellos.
Esto es un ejemplo muy tonto, pero pasa muy a menudo en nuestras relaciones. Decimos que amamos algo, y al rato lo estamos odiando. Extrañamos pasar tiempo con una persona cuando no la tenemos cerca, y cuando estamos con ella, nos aburre, no nos sentimos cómodos o ya queremos irnos.
Es tal la contradicción y la multiplicidad de "yoes" que habitan en nuestro interior, que ni nos damos cuenta de ellos. Incluso, a veces pensamos que así somos nosotros y que solamente "estamos confundidos" -o peor aún, creemos que a nosotros no nos sucede nada y que el resto de las personas a nuestro alrededor están confundidas- cuando la mayoría de las veces, todo esto se debe a un factor de inconsciencia, en donde estamos totalmente atrapados por las impresiones externas y no logramos observar dentro de nosotros mismos.

Ahora bien, vamos a aclarar: la multiplicidad de 'yoes' no es algo que opera conscientemente, sino que es un mecanismo inconsciente. Estos 'yoes' toman el mando cuando no estamos atentos, cuando no nos estamos observando internamente y separándonos de ellos de forma consciente.
Por consiguiente, el Proceso de Individuación en términos psicológicos, comienza cuando comenzamos a estar presentes, atentos y vigilantes de lo que ocurre en nuestro interior. En otras palabras y mejor dicho: cuando empezamos a estar conscientes de nosotros mismos.

Esto puede parecer ambiguo, pero es únicamente la conciencia de nosotros mismos, o en otras palabras, la Luz de la Autoconciencia, lo que produce un lento pero firme desarrollo unitivo en nuestro interior.
Al igual que en una habitación oscura en donde encendemos una lámpara y se llena de luz, ya no hay más lugar para la oscuridad, de la misma manera, la Luz de la Autoconciencia, es aquello que al "prenderse" como una lámpara -en el ejemplo de la habitación- aunque más precisamente, al prenderse como un gigantesco Sol, su radiancia -la radiancia de la Autoconciencia- ilumina la diversidad de espectros fantasmales de nuestros múltiples 'yoes', que tiran para un lado y para otro, devolviéndonos de nuevo a la claridad intrínseca de nuestra Conciencia Unitiva.
En el sistema del Cuarto Camino, se compara a nuestra mente como una casa sin amo: la casa es nuestra mente, los múltiples 'yoes' son los sirvientes que buscan tomar el mando de la casa, mientras que el "yo observador" es "el mayordomo delegado".
"El mayordomo delegado -el yo observador- puede colocar a los sirvientes -'los múltiples yoes'- en sus lugares y hacer que cada uno haga su propio trabajo: el cocinero en la cocina, el cochero en los establos, el jardinero en el jardín, etc."
(En Busca de lo Milagroso de Peter Deminaovich Ouspensky)
"El yo observador" es el la Conciencia Testigo dentro de nosotros mismos que comienza a poner orden dentro de una casa sin orden.
Aunque pensamos que estamos aparentemente unidos por poseer un solo cuerpo y un nombre, cuando el "yo observador" comienza a operar dentro de nosotros, empezamos a darnos cuenta que estamos llenos de voluntades contrapuestas y contradicciones internas.

La única forma de comenzar a poner orden y poco a poco, comenzar a tener un dominio sobre nuestros múltiples 'yoes', es mediante la auto-observación.
¿Y cómo se hace?: "prendiendo" la luz de nuestra atención y llevándola hacia adentro. En otras palabras: observándonos a nosotros mismos, sin identificarnos con lo que aparece.
Para que funcione, esta observación debe ser sin juicio, es decir, cuando vemos algo dentro de nosotros mismos, no debemos pensar "así soy yo". No. Solo debemos observarlo, sin ponernos a juzgar o a comentar internamente sobre estos 'yoes'. Por eso a este tipo de observación también se le llama: "auto-observación ecuánime", "auto-observación sin juicio", o "auto-observación sin identificarse".
No hay que aceptar ni rechazar nada de lo que estamos observando en nuestro interior, solo, tenemos que darnos cuenta de que ese mecanismo existe, de que está allí. Tenemos que volvernos conscientes de ello y ver como opera dentro de nosotros, pero sin identificarnos con ello.
Cuando hacemos esto por un determinado período de tiempo, comenzamos a darnos cuenta de que podemos ser conscientes de nosotros mismos incluso cuando estamos interactuando con objetos. Es decir, la atención ya no solo se dirige a los objetos y "se pierde allí", sino que comenzamos a ser conscientes de nosotros mismos al mismo tiempo que realizamos acciones o que nos relacionamos con cosas externas (con otras personas, objetos, etc.)
Comienzo a Darme Cuenta de que me doy cuenta, o a ser Consciente de que soy consciente.
Pero decir esto es mucho más fácil que hacerlo, ya que los esfuerzos para ser autoconsciente y dejar de vivir en el sueño psíquico cual piloto automático, al principio requiere de una firme y constante fuerza de atención dirigida hacia dentro, la cual, debe estar impulsada por una firme y constante motivación para querer hacerlo.
Solo de esta forma, podemos comenzar a entrenar la autoconciencia, y el Proceso de Individuación puede empezar a tener lugar.

El Proceso de Individuación comienza cuando empezamos a vislumbrar a todos nuestros 'yoes' bajo la Luz de la Conciencia. En otras palabras, haciendo consciente lo inconsciente. Es reunir las partes escindidas de nuestra personalidad para que aparezcan todas, operativamente, en el espacio luminoso de la Conciencia. Cuando esto sucede, cuando nos hacemos conscientes de aquello que opera dentro de nosotros de forma mecánica e inconsciente, sin evadirnos más, podemos comenzar a Despertar...
¡Te espero en la próxima entrada donde seguiremos hablando del Proceso de Individuación y el Inconsciente!
Continúa en: Proceso de Individuación y el Inconsciente (Parte 2)
Nicole Satī